Una amiga me dijo que escriba de la lluvia y de los lunes... |
Los lunes suelen ser traumáticos, son la sinestesia de
saber que los sueños programados para el fin de semana no se cumplieron y que
nuevamente se debe esperar una semana más para que, tal vez, puedan realizarse.
Es como un reloj de arena que el domingo a las 23:59 comienza a girar para que
nuevamente toda la arena quede deposita en un lado y empiece a caer otra vez
lentamente.
Hoy estoy en unos de esos días esponjosos. En Buenos Aires
llueve hace varios días y la velocidad con la que corren las nubes grises me
lleva a creer que va a seguir así un tiempo más. Entonces, van a ser días en
los que mis pies van a estar mojados, mis pelos inflados, al estilo Hermione
Granger, el pantalón
va absorber toda la humedad del piso y seguro que pise alguna baldosa
floja que terminará salpicando toda mi ropa con agua sucia.
En un intento de cambiar mi suerte salgo de mi
departamento, me levante a las 06:30. Cruzo al Starbucks más cercano y desayuno
mirando por la ventana como la gente se moja, realidad que pronto voy a
experimentar cuando tenga que salir a tomar el colectivo.
Escucho Scissor Sister, una banda que siempre me pone de
buen humor. Me siento olor a perro, no sé si es un efecto de días prolongados
de humedad o si es consecuencia de mi nueva huésped. Hace unos días cuido la
perra de mi primo.
Mientras sigo mirando por la ventana pienso en todas las
cosas que hoy no deberían de pasarme.
1- Ningunos de mis compañeros de oficina debería de señalar
que hay olor a perro. Si esto sucede, debería de montar una estrategia para
disimular que la que tiene ese olor soy yo.
2- No debería de pisar caca de perro. Experiencia por la
que habitualmente me veo expuesta por no mirar por donde camino.
3- No debería de comer más carbohidratos que los que ingerí
en el desayuno.
4- No debería de cruzar a mi jefe, hasta que haya
podido controlar mi pelo
5- Y la más
importante y fundamental de todas. No debería de agarrarme dolor de panza
Todos tenemos algún órgano o parte del cuerpo que a veces
nos juega una mala pasada. Bueno, últimamente los míos parecen ser los
intestinos. No puedo estar nerviosa porque la panza empieza a realizar ruidos
como si fuera un barco llegando al puerto. Si estoy por dar un examen,
seguramente una semana antes de rendir, comience a sentir que voy a morir por
una inflamación intestinal y termine en una guardia rogando que me dejen en
observación. Si como mucha verdura de hoja seguramente voy a tener largas
jornadas en el baño, algo que no tendría que suceder ahora ya que mi oficina no
tiene baño y tengo que bajar dos pisos.
No me gustan los días de lluvia, creo que es un efecto de
la edad. Cuando vivía en mi ciudad disfrutaba de paseos en bicicleta debajo de
la llovizna, hoy estar húmeda y pegajosa me molesta.
En fin, en un acto de valentía salí del Starbucks y subí al
41. Ya llegue a la oficina, nadie me sintió olor a perro mojado, mis pelos
lucen glamorosamente desprolijos, aun no hay señales de dolores de panza y mi
jefe nos trajo chocolates y bizcochos. Tal vez este lunes no sea tan grave,
sino, más bien, el inicio de lo que serán las fantasías de fin de semana.
Semilla GALActica
Genia!!!
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